
Fuenterroble de Salvatierra – San Pedro de Rozados
Distancia: 27.9 km | Duración: 7 horas | Dificultad: 3 |
Etapa larga y solitaria, sin localidades intermedias ni servicios, y que podemos dividir en tres partes: la larga y cómoda aproximación al Pico de la Dueña; el progresivo ascenso y descenso a dicho monte; y, la última, el monótono llaneo junto a una carretera local. Hoy alcanzamos, cerca del Pico de la Dueña, los 1.165 metros de altitud. Cabe mencionar que existe una variante, muy poco seguida por los peregrinos, que pasa por Pedrosillo de los Aires y acorta en 2,3 km el itinerario; la bifurcación y el recorrido están señalizados.
Salimos de Fuenterroble de Salvatierra, a la altura del albergue parroquial, torcemos a la izquierda para tomar la carretera local a Linares. Poco después salimos a la carretera DSA-230 y la seguimos 700 metros.
Doblamos a la derecha por un camino de tierra. Avanzamos recto, primero por pista y después por una ancha cañada a través de una extensa dehesa. Pisamos auténtica calzada romana, como pone de manifiesto los miliarios junto a los que pasamos. Nos acercamos a la Sierra de Frades.
Cruzamos el arroyo de Navalcuervo e iniciamos el largo ascenso al Pico de la Dueña. Avanzamos por cómodas pistas de tierra, al principio entre encinares y luego por descampado.
Cruzamos la pista que, por la izquierda, accede a Navarredonda de Salvatierra (a 700 metros, sin servicios). Aquí estamos a 970 metros de altitud. Seguimos recto y pasamos por dos bifurcaciones; la primera a la derecha y la segunda a la izquierda.
Bifurcación de caminos con varios carteles indicativos, a la altura de un paso canadiense. Un cartel nos anima a tomar un camino más corto para llegar a Salamanca (ver Al Loro). Nosotros seguimos el camino oficial y, por tanto, giramos a la izquierda para ascender por un precioso sendero al Pico de la Dueña. La señalización es buena, pero hemos de estar atentos en algún desvío. Pasamos cerca de la hilera de aerogeneradores, que dejamos a mano izquierda.
Tiene una cruz de Santiago. Estamos en el punto más elevado de la Vía de la Plata, a 1147 metros de altitud, en la Sierra de Frades. Se nos abre una extraordinaria vista sobre los infinitos campos de las dehesas salmantinas, aglutinadas bajo el topónimo de Campo Charro.
Proseguimos por la misma pista, ahora en descenso.
Carretera local (DSA-204). La seguimos a la derecha. En los últimos tiempos se han abierto caminos paralelos a la carretera para los peregrinos que prefieran pisar tierra antes que asfalto. Todo un detalle. En este tramo las sombras escasean.
Puente sobre el arroyo Mendigos. 200 metros más adelante pasamos junto a la Finca de Mendigos y proseguimos por la misma carretera, o por su camino adjunto.
Desvío a San Pedro de Rozados (bien señalizado). Quien no necesite los servicios de dicha población puede seguir recto por la carretera y recuperar a 2,5 km el camino (en un giro a la derecha); el ahorro es de 600 metros. Nosotros tomamos el desvío a San Pedro de Rozados y, una vez superado un modesto collado, descendemos a dicha población.
Tenemos la posibilidad de alargar 4 km la etapa hasta el agradable pueblo de Morille, que cuenta con albergue municipal; en este caso, tenemos la opción de no tomar el desvío a San Pedro de Rozados y seguir de frente por la misma carretera local, recuperando el camino, por la derecha, 2,5 km más adelante.